viernes, 10 de febrero de 2012

Formación política permanente del profesorado


La formación política permanente del profesorado se vuelve urgente en el momento en que son los estudiantes (caso chileno) quienes detienen su proceso educativo, se mantienen en paro, tomándose las escuelas y universidades, manifestando en las “grandes alamedas” su intención de cambiar completamente no sólo el sistema educacional, sino que el modelo político-económico imperante desde hace más de 30 años. Éste, que no está a la altura de las necesidades de ciudadanos-habitantes de un mundo cambiante y, por lo demás, tremendamente injusto para con los más desposeídos, no puede salir ileso e incólume de una exigencia de tal envergadura.
La formación permanente del profesorado debe apuntar hacia el desarrollo, entre otras aristas, de la educación en derechos. ¿Cuántos profesores en Chile conocen realmente la Carta Constitucional de la República, con los derechos, deberes y garantías de todo ciudadano? Creo que la respuesta no es muy alentadora. Este docente, lo quiera o no, se convierte en un factor de una importancia capital en la reestructuración del sistema educativo. He aquí la oportunidad de ser actor de los procesos de cambio por los que tantos años se ha clamado. ¿Quién más competente que el profesor para proponer mejoras en su propia formación, sea ésta individual, grupal, institucional o planificada centralmente?
En primer lugar, hay que reposicionar al profesor en el sitial de importancia del que nunca debió ser desplazado, exigiendo que se respete y reconozca su rol en el mejoramiento de la sociedad, sin dejar de lado la necesidad de poseer condiciones laborales que no atenten contra su propia integridad física y mental (stress). Además, por qué no realizar reivindicaciones salariales congruentes con la responsabilidad social que se le exige. El esfuerzo individual de formación realizado durante años por los docentes y el compromiso con el avance de los aprendizajes del alumnado, al parecer, ha brindado sus frutos: los estudiantes lo dicen claramente. Hay un sistema que en las condiciones actuales es insostenible.
Los estudiantes están en las calles. Sólo falta que los profesores se sumen a la coyuntura como se debe: protagonizando y proponiendo, junto a los estudiantes, las mejoras y los cambios necesarios para hacer de Chile un país más educado y más justo.
¿Seguiremos esperando que el deslegitimado Colegio de Profesores nos represente? ¿O que la CUT* hable por nosotros?
¡Estamos indignados!
*Central Unitaria de Trabajadores, cuyo presidente culpó a los Profesores de Filosofía de incentivar en los estudiantes la violencia y la subversión.

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