domingo, 4 de marzo de 2012

La evaluación institucional de centros educativos o universitaria

3. Gestión de la información a partir de búsquedas especializadas sobre evaluación educativa.


Evaluación docente


Los procesos de evaluación docente son empresas que buscan obtener una visión clara del desempeño de los profesores en distintas áreas de su labor. Para que este proceso tenga validez debe contar con el apoyo y compromiso tanto de los docentes como de los alumnos y directivos de los centros.

Existen diversas formas y enfoques para desarrollar este tipo de evaluación. Por lo general, independientemente de la visión reinante, se suele incluir en el proceso evaluativo la percepción de todos los implicados directamente. En la institución de educación superior técnico-profesional donde ejerzo la docencia, ya se ha asentado una cultura evaluativa donde toda la comunidad se compromete con su rol dentro del largo proceso. Los estudiantes saben que su opinión y percepción con respecto a sus maestros y asignaturas es fundamental, asumiendo la responsabilidad que les compete, ya que lo que dicen define gran parte de los resultados de la evaluación. Por otro lado, se evalúa el desempeño del docente en distintas áreas. En primer lugar, una evaluación administrativa (coordinación docente), donde se valora el cumplimiento de formalidades por parte del evaluado. En segundo lugar, la evaluación jerárquica, realizada por el director de carrera o de programa, donde se valora su idoneidad en la especialidad y en las metodologías utilizadas en el aula. Ésta, se desarrolla por varias vías, aunque la más importante es la observación de clases (video grabación incluida). Este proceso posee, sin duda,  fortalezas y debilidades. Lo positivo es que todos se comprometen con el proceso, los alumnos son considerados, los profesores saben cuándo y cómo serán evaluados; y si los resultados son negativos, la institución cuenta con departamentos de docencia encargados de apoyar cualquier tipo de necesidad del evaluado. Lo negativo, a mi parecer, es que no se ha integrado el sistema de auto-evaluación, por lo que la opinión de los docentes no es considerada de manera formal, a pesar de existir un feed-back por parte de los directores de manera no institucionalizada. Tampoco existe la figura de la evaluación de pares.

Si bien es difícil que se asiente una cultura evaluativa en un centro, una vez desarrollada requiere de una revisión y perfeccionamiento constante, evaluando lo que se ha realizado bien y mal, y trabajando hacia una mejora constante del proceso de valoración. En el caso planteado, reitero la idea de que se debería incluir tanto la evaluación de pares como la auto-valoración, pero claro, no como una práctica aislada, sino como una visión fundamental y formal dentro del proceso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario